23 febrero 2025

Epidemias y enfermedades a mediados del siglo XIX

Si miramos el Registro Civil Municipal del Ayuntamiento de Estepona, observamos que están registradas las defunciones del periodo 1848-1868 y cada apunte incluye la causa del fallecimiento. 

Si hacemos un recuento de algunas de las enfermedades o dolencias que aparecen, nos encontramos con los siguientes datos:


En primer lugar debo decir que no están recogidas todas las causas que aparecen en el registro y algunas podrían agruparse por ser, quizás, la misma enfermedad. No obstante, consideramos interesante las reseñadas en esta tabla. 

Dado que no soy médico no voy a entrar en analizar estas causas de mortandad. Solo voy a comentar algunas cuestiones que me llaman la atención.

Resulta singular que la primera causa de defunción sea dolor o un dolor. Se recoge el síntoma pero no la razón de la enfermedad que lo provoca. Es el mismo caso que las calenturas o las diarreas.

La tercera causa de mortandad es el tifus, normal dado que el pueblo no goza de agua corriente, de manantial, hasta mediados del siglo XX. Muchos vecinos obtenían el agua de pozos privados que sufrían frecuentemente de contaminaciones bacterianas debido a que, entre otras cosas, muchas cuadras estaban en el interior de las viviendas junto a los pozos.

Sorprende que una de las causas con más alto índice de muerte sea "de la dentición".

Como enfermedades víricas tenemos el colorín o sarampión y la viruela, hoy prácticamente extintas gracias a las vacunas. A pesar de ello, actualmente, hay un movimiento, cada vez más en auge, contrario a la vacunación. Allá cada uno con las decisiones que toma. 

Si buscamos la viruela como causa de las muertes nos encontramos con 101 casos, de los cuales, 95 (el 93%) suceden en el último cuatrimestre de 1857. Está claro que se produjo una epidemia y que una buena parte de la población no estaba inmunizada a pesar de que la vacuna se conocía desde finales del XVIII, principios del XIX. Las razones hay que buscarlas en la falta de servicios médicos de la época y en el poco interés que tuvo el Estado en una vacunación generalizada.

Un ejemplo de la desidia de los políticos locales podemos encontrarlo gracias al acta capitular de 7 de mayo de 1851 que recoge lo siguiente:

«Leyéronse los Boletines Oficiales de la Provincia números 53 con su adición, y 54, el primero trae una Circular del Excmo. Sr. Gobernador de esta Provincia, fecha 26 del mes anterior, dictando varias reglas para la inoculación de la vacuna, dirigidas a preservar al vecindario del estrago que causa la terrible enfermedad de la viruela, cuya circular leída que fue quedó aplazado para acordar sobre ella en otra sesión».

No hubo sesión posterior en la que se trató este asunto. Y las consecuencias se vieron en 1857.

Por último, comentar el pequeño número de ahogados que se recoge en el registro, a pesar de ser Estepona un pueblo marinero, y la no aparición de ningún fallecido por fiebre amarilla o vómito negro y solo 6 por cólera, cuando la localidad siempre ha estado expuesta a esas epidemias.



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