07 mayo 2022

Los inicios de la calle Terraza y el porqué de su nombre

    Todos los vecinos de Estepona sabemos que la calle Terraza, arteria principal de la localidad durante los últimos años, surgió del embovedado del arroyo de Calancha.

    Para imaginar el estado de dicho arroyo, antes de que se acometiesen las obras, basta con leer un acta del Ayuntamiento de Estepona de fecha 14 de marzo de 1891. Se discutía la solicitud de cambio de ubicación de la Escuela de Párvulos, por su deficiente estado, al local de la Plaza de la Constitución donde estaba el Casino.  El Ayuntamiento consideró que «el local es demasiado grande para el objeto á que se le quiere destinar y limita por el lado de levante con el Arroyo de Calancha lugar que en verano produce miasmas insalubles por las inmundicias que á él arrojan los vecinos lo cual perjudicaria notablemente la salud de la congregacion de niños tan próximos a él». 

    A finales del siglo XIX y principios del XX,  para sortear el arroyo, al que desembocaban caños y desagües de los edificios y negocios colindantes, había que transitar por el puente de la Carretera (Banda del Mar); por el que unía la Calle Real con el Paseo (Paseíllo) a la altura de la Calle Buenavista; por el que iba desde la calle del Correo a la calle del Puente (actual calle de Adolfo Suárez de Figueroa)  y por el que enlazaba la calle de San Antonio con la Calle de Manzanares. 

    Los puentes pueden verse en el plano de 1894:

Fuente: Catálogo Digital de Cartografía Histórica. Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía

Y el estado del río puede observarse en las siguientes fotografías:

Puente de la Carretera (Banda del Mar). Fuente: Ildefonso Navarro Luengo
Fotografía del río Calancha tomada desde el puente que unía la calle de San Antonio con la calle de Manzanares, mirando al puente que unía las calles de Correos y del Puente. Fuente: Juan Ordoñez Bazán

Obras en la casa de D. José García Aguilar (fachada al río Calancha, esquina sur en calle Buenavista). Fuente: D. Juan Andrés Gaitán Arroyo

        La primera obra de importancia sobre el río Calancha, y paso previo para el embovedado, vino dada por la construcción de la  Carretera Nacional 340, tramo Cádiz-Málaga, que se extendió desde 1863 hasta 1929. La primera fecha corresponde a los proyectos de Eusebio Torner - Fuengirola a Marbella y Marbella a Estepona -, y la última a la finalización del puente sobre el río Guadiaro. 

En 1891 se liquidaron las obras de la sección Este, desde Marbella hasta la entrada a Estepona. La construcción de la sección Oeste, de Estepona al río Guadiaro, proyectada por Luis Molini en 1878, fue la que más se dilató en el tiempo, quedando concluida tras la entrada en servicio del puente sobre el río Guadiaro en 1929.

    El embovedado del río Calancha

        Las primeras actuaciones para el embovedado del río Calancha datan de 1914.

    El Ayuntamiento de Estepona, reunido el 17 de enero de 1914, «abierta discusión sobre la necesidad de ampliar el Paseo público por resultar insuficiente para contener la concurrencia especialmente en los dias festivos, en definitiva se convino en prolongarlo por la parte del Este sobre el cauce del Torrente de Calancha hasta el cruce de la Calle de Concepción con la Real, autorizándose á la Presidencia para que sustituya la arboleda de este Paseo, desigual y vieja, por otra apropiada, como también la de la Plaza de la Constitución; sufragándose todo el gasto que una y otra ocasione con cargo al capítulo de Imprevistos del presupuesto corriente.» 

    En ese tiempo, la carretera N-340, a su paso por Estepona, estaba aún construyéndose, como se puede comprobar en el acta capitular de 7 de marzo de 1914 donde se trata la construcción de dos muelles embarcaderos metálicos para embarque de mineral que se extraía de la sierra y se afirma que podría convenir por el material que se obtendría de las rocas contiguas, ya que podría «aprovecharse para la terminación de la citada carretera».  

    Y en el acta del 14 de marzo de ese mismo año encontramos un pago de 250 pesetas «a D. Eladio Chacón López, como encargado, por cemento armado y otros pequeños gastos para cubrir el Torrente de Calancha con motivo de la prolongación del Paseo» y de 503.25 pts a D. Juan Herrera Sedeño por jornales.

Fuente: Juan Andrés Gaitán Arroyo

   De esa primera fase de construcción del embovedado del Arroyo Calancha  tenemos constancia también por el acta de la sesión plenaria del Ayuntamiento de Estepona de 22 de agosto de 1914, en la que se recoge que el alcalde presidente, D. Simón Fernández Escarcena, «manifestó a la Corporación que al hacerse en Mayo y Junio último la obra para ampliar y prolongar el Paseo hasta el cruce con la Calle de la Concepcion, se le propuso por varios vecinos que demoliera el puente que enlazaba la Calle Real con el promedio del Paseo y lo cubriera con cemento armado al ras de la calle, tomando algo del arroyo Torrente de Calancha hasta linear con la Calle de Málaga, con objeto de formar una terraza de trece metros de largo por cinco de ancho que á la vez que embelleciera aquel parage, facilitara el tránsito público y sirviera de solar y recreo al vecindario; que como le alagara la reforma propuesta y sintiera no hacerla por carecer de recursos, se le ofreció el vecino D. José García Aguilar para contribuir con la mitad del gasto: Aceptada la oferta en el acto, se procedió á la reforma con el beneplácito público. Realizada ésta, la tertulia del Café Marabilla contiguo, viene en verano ocupando con sillas parte de la terraza para tomar el fresco; y consíderandose el Sr. Garcia Aguilar con mejor derecho, le ha rogado la preferencia: petición que estímandola muy justa y digna de ser atendida, la somete al Ayuntamiento por sí procede. La Corporacion teniendo en cuenta los sacrificios pecuniarios con que voluntariamente ha contribuido á la obra el Sr. Garcia Aguilar, no ve inconveniente en que se le conceda preferente derecho para ocuparla en la propia forma, en tanto no embarace el tránsito público ni menoscabe la libre acción y el preferente derecho del Ayuntamiento para disponer de la terraza como bienes del común de vecinos».

Fuente: Juan Andrés Gaitán Arroyo

Fuente: Juan Andrés Gaitán Arroyo

    D. Andrés Cintrano Fernández aporta una información complementaria. El puente que se demuele para aterrazar el principio de la futura calle Terraza es el segundo puente de esa zona, según el plano de 1894, que iba pegado a la acera del antiguo Bar Manicomio, futuro Hotel Maravilla. 

    Como dato histórico, aporta que hubo otro puente más antiguo que se demolió porque era muy alto, con fuerte pendiente y difícil de transitar. Unía la calle Málaga con la calle Villa y consta en un acta del 14 de noviembre de 1801. Coincidiría con el tramo marcado en rojo en el siguiente plano:

Fuente: D. Andrés Cintrano Fernández


    Parte de dicha vía se puede ver en la siguiente fotografía, obtenida al derribar la casa Tienda de Borrego de la calle Santa Ana para construir el nuevo Hotel El Pilar.

Fuente: D. Andrés Cintrano Fernández

    Dejando a un lado denominaciones consecuencia de los avatares políticos, más de uno se habrá planteado el porqué de que la calle resultante de cubrir el arroyo de Calancha se llame  Calle Terraza.  Pues en el párrafo antes reseñado y subrayado tienen ustedes la respuesta. 

        El siguiente tramo embovedado data de tiempos de la República. 

Fuente: Juan Ordoñez Bazán

    En el acta capitular de 1 de agosto de 1931 se recoge la propuesta de los señores Gómez Parada y Pérez de Vargas de «solicitar del Gobierno Civil cantidad suficiente para cubrir el rio de Calancha al menos en su primera parte, del crédito concedido por el Gobierno para obras municipales, pues a mas de dar trabajo a muchos obreros que carecen de él, se sanearian bastante las condiciones higiénicas de esta Villa».

    No se pierde el tiempo y en el acta de 5 de septiembre, el Ayuntamiento acuerda sacar a subasta pública las obras de Calancha, tan pronto se elabore el proyecto.

    A primeros de Enero de 1932, las primeras obras ya están realizadas y el Ayuntamiento decide adquirir las maderas utilizadas en las mismas con destino a construcciones municipales futuras y establecer en la Comisión de Hacienda las cantidades que, en concepto de arbitrio por beneficio de obras e instalaciones del Ayuntamiento, debe pagar cada uno de los propietarios de los edificios en cuyas fachadas han sido construidas aceras con motivo de las obras de Calancha. Al trozo de calle resultante, el Ayuntamiento acuerda denominarlo Avenida de Pablo Iglesias.

     Y a finales de enero de 1932 el Ministerio de Gobernación le concede una subvención de 3.500 pesetas para paro obrero que irá destinado al embovedado del río. 

    En la sesión plenaria del 13 de octubre de ese año, el alcalde, D. Félix Troyano, da cuenta de que para la inversión de ese dinero, así como de la décima (recargos tributarios de la contribución), «se había constituido la Junta encargada de dichas obras integrada por él, como presidente, los concejales D. Diego Pavón Sarmiento y D. Antonio Alba Chacón, los propietarios D. José García Aguilar y D. Manuel Sánchez Puya, y en concepto de obreros D. José Troyano Simón y D. Antonio Vilchez Partal, habiéndose dado comienzo á las obras por la parte alta del Rio Calancha que se trata de cubrir hasta donde alcance, todo ello bajo los planos confeccionados y trabajos dirigidos por el tecnico ayudante de Ingeniero D. Alfonso del Rabal. El Ayuntamiento por unanimidad acuerda aprobar en un todo la constitución de dicha Junta con las designaciones hechas en obreros o que por circunstancias de renuncia pueda hacerse, el haber empezado las obras en el lugar señalado y los planos proyectos  y dirección del Señor Rabal.»

    El Consistorio, reunido el 27 de octubre, recibe información de la Junta, antes reseñada, sobre la inversión de la subvención, y supervisa toda la documentación al respecto:
  • Nóminas........................................................... 2.680,75 pts
  • Cemento...........................................................    660,08 pts
  • Cal....................................................................    148,72 pts

  • 1,30% Ingreso Hacienda (Cemento y cal).......       10,45 pts    

    Consta en el acta «que la obra efectuada lo ha sido cual se tenia acordado de cubrir el Rio de Calancha en la parte de arriba, es decir en su entrada en la población». El Ayuntamiento aprueba las cuentas y «hace constar su satisfacción y aplauso á la Comisión encargada de las dichas obras por su celo y actividad demostrado no solo en el orden economico si por la forma de colocación de los obreros».

    El alcalde informó de que se suspendían las obras para continuar con la cobertura del río porque se carecían de medios, lo cual era de lamentar por el número de obreros que se quedaban parados y los problemas higiénicos que provocaba dejar el arroyo al descubierto, convirtiéndolo en «un foco de infección con verdadero peligro para la salud de estos vecinos y desprestigio de la población, hoy que es constantemente visitada por turistas, dada su proximidad a Gibraltar y estar considerado como uno de los pueblos mejores de la provincia por su situación». También considera D. Simón Fernández que no continuar las obras ocasionaría un gran perjuicio por la depreciación de los materiales adquiridos y no  invertidos.

    Según el técnico D. Alfonso del Rabal se necesitaban unas 10.000 pesetas (2.500 de materiales y 7.500 de  jornales) para paliar la situación, aunque no se pudiese cubrir todo el río.

    El Ayuntamiento acordó solicitar dicha cantidad al Ministro de la Gobernación, «con lo que se vendría a remediar en algo la crisis obrera cada día más apreciada en esta población y su término municipal».

    Consta en el acta del 11 de noviembre de 1932, que se había producido el hundimiento de un trozo de obra hecha en el río de Calancha cuyas causas se ignoraban y se designó al concejal D. José Nadal Guerrero para que elaborase el oportuno expediente.

    Las obras no se reanudaron y los vecinos se quejaban de la insalubridad del arroyo, lo cual era confirmado por los informes del Inspector Provincial de Sanidad D. Honorato Vidal. Consta en acta capitular de 25 de abril de 1933: «(...) del gran peligro que para la salud implica las emanaciones y suciedad del Arroyo de Calancha que atraviesa el centro del pueblo, el cual en su mayor extensión se encuentra descubierto, sin corriente de agua, lo que ya ha ocasionado y seguro ocasionará fiebres u otras enfermedades infectocontagiosas (...)». Como la Junta de Sanidad iba a tratar el tema y para evitar el peligro y las protestas, el Ayuntamiento acordó informarse sobre la posibilidad de la tala de pinos para obtener fondos para la obra y en el Pleno del 2 de mayo se decidió presentar la solicitud al Gobernador Civil.

    En el acta del 28 de septiembre de 1933 consta que el Ayuntamiento acordó dedicar los ingresos de la décima a la pavimentación del Paseo Principal en vez de a las obras de Calancha porque los vecinos aportaban el cemento y el Consistorio se encargaría de los jornales de los obreros. De la otra manera, el dinero se iría en materiales para el embovedado, no cumpliéndose el fin de dichos impuestos, la disminución del paro obrero.

    Y en el acta del 20 de septiembre de 1934 se acuerda invertir la décima para el paro obrero en los trabajos para cubrir el arroyo de Calancha.

    En el Pleno del 29 de enero de 1935 el alcalde expuso que «la cantidad que hoy tiene la Junta de la décima para paro obrero, no es bastante á poder cubrir ningún tramo sobre el arroyo de Calancha, como viene haciendo, pero existen nuevos caños que partiendo de la calle de San Antonio desembocan en Calancha, caños estos que al descubierto y dado su suciedad constituyen un foco de infección y peligro a la salud de aquel vecindario, así como el estado que que queda dicha calle con las obras efectuadas en el arroyo, proponiendo en evitación de esto, el arreglo por dicha Junta de los caños y trozo de calle en igual forma que que hoy se viene haciendo».  El Ayuntamiento aprobó esta propuesta y acordó que se cobrase «a los propietarios de casas de dicha calle la cuota que le corresponda satisfacer por los beneficios obtenidos en sus edificios con las obras que se efectuen, ó se hayan ejecutado con anterioridad y no tengan satisfecho».

Y en la sesión del 19 de febrero de ese año, el alcalde dio cuenta de que el Tesorero de la Comisión encargada de la inversión de la décima de paro obrero, había cobrado lo correspondiente al 4º trimestre de 1934, exponiendo la necesidad de su pronta inversión por la falta de trabajo que existía en la localidad. El concejal D. Manuel Vallejo Figueroa intervino pidiendo que se reanudasen las obras de cubrir el río Calancha dado su estado de insalubridad y se consultó al concejal Sr. Gil Padilla, encargado de dichos trabajos, quien manifestó que «por ahora no cree conveniente realizar obras en el río, pues en envacuar el agua de los cimientos que hay que abrir para los muros y los daños posibles que causaría una avenida de agua, se gastan materiales y jornales sin obtener beneficios». El Consistorio acordó invertir ese dinero en las obras que se estaban haciendo en la calle del Chorro y en la calle de San Antonio.

Como detalle de la situación tenemos la solicitud de D. Manuel Hoyos Cano en la que, a finales de abril de 1935, solicita que el Ayuntamiento le indique la rasante que debe llevar la calle Calancha para tenerlo en cuenta en las obras de reparación que iba a emprender en la casa número uno de dicha calle.

En julio, el día 2, el Ayuntamiento acordó que, con cargo a lo recaudado por el concepto de décima sobre las contribuciones para remediar el paro obrero, se continuasen las obras de cubrir el río Calancha y la de la calle de San Antonio.

En el Pleno del 8 de abril de 1936 el Consistorio autorizó al alcalde para que encargase a un técnico titulado la redacción del proyecto de embovedado del Arroyo de Calancha en el trozo que restaba por hacer, así como el del embovedado del Arroyo del Genal, con el fin de solicitar la subvención del Estado para la ejecución de ambas obras de saneamiento. El técnico que se eligió para la elaboración de dichos proyectos, así como el de un edificio destinado a Matadero Municipal, fue D. Alfonso Rabal y Vives y, en la sesión del Ayuntamiento de 8 de julio de 1936 se acordó pasar a informe de la respectiva Comisión el proyecto de embovedado y urbanización del arroyo de Calancha, redactado por el Sr. Rabal.

El estallido de la Guerra Civil, el 18 de julio de 1936, paralizó por completo el proyecto. Hubo que esperar unos años para retomarlo...


Fuentes:

"El corredor de la carretera N-340 como eje histórico del litoral andaluz". Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía.

Actas capitulares. Archivo Histórico Municipal de Estepona (AHME). Sign. L-01092 a L-01102

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si desea realizar algún comentario sobre el contenido del artículo, rellene este formulario.