24 septiembre 2021

Capítulo 7: Dos alcaldes y una alcaldesa

 

 Durante el periodo 1995-1999, las relaciones entre el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Estepona, al que pertenecían los miembros del partido D. Juan Francisco Mena Lirios, D. Sergio López y D. Antonio Caba, y el Comité Ejecutivo Local, encabezado por D. Miguel Castro, fueron bastante tensas y acabaron rompiéndose, a pesar de intervenir el Comité Ejecutivo Provincial a través de D. Salvador Pendón y D. Juan Fraile. Al final, tras unas elecciones a la dirección local del partido, se disolvió al ejecutivo resultante que encabezaba Miguel Castro y se nombró una gestora que controló D. José Flores Simón y en la que participó D. David Valadez, secretario general de las Juventudes Socialistas y miembro cercano al oficialismo. Tras el conflicto, decidieron nombrar candidato a Antonio Caba Tena y, como segundo de la lista, al exsenador Francisco Zamorano Vázquez.

La “corriente perdedora”, que apoyaba a Miguel Castro, montó la Plataforma Cultural Rosas Rojas y la utilizaron para intervenir en los medios de comunicación e influir en la política local.

 

 En las elecciones municipales de 1999 más de uno se llevó una sorpresa: Jesús Gil Marín ganó pero sin obtener mayoría absoluta, aún contando a su favor que los socialistas no estaban en su mejor momento, con serias discrepancias internas. Los resultados fueron:

Partido

GIL

PSOE-A

PP

IULV-CA

PA

Votos

8.375

5.489

4.293

1.678

1.079

Concejales

9

6

4

1

1

Su manera de gobernar, como un rodillo, ninguneando a la oposición y despojándola de todos los recursos municipales, hizo que, llegado el momento de conformar las coaliciones para nombrar alcalde y constituir equipo de gobierno, ningún partido quisiera aliarse con GIL. Resultó elegido alcalde el candidato del PSOE, D. Antonio Caba Tena, al frente de un cuatripartito integrado por todos los partidos excepto el Grupo Independiente Liberal.

En el 2000, tras la dimisión de Caba, Jesús Gil Marín, viendo que le era imposible el acceso al poder ya que ningún partido aceptaba aliarse con él, abandonó su cargo de concejal y los ediles de su partido pasaron al grupo mixto.

En este periodo (1999-2003) Estepona tuvo dos alcaldes y una alcaldesa: Antonio Caba, que dimitió tras ser imputado judicialmente en una operación internacional de tráfico de drogas y blanqueo de capital, en el ejercicio de su profesión de abogado y consultor legal, de la que finalmente resultó absuelto por el Tribunal Supremo; Antonio Barrientos González (PSOE) y Rosa Díaz García (PP), que sustituyó a Barrientos tras una moción de censura presentada en octubre de 2001, con el apoyo de siete concejales tránsfugas del GIL. Llama la atención que el número 6 de la lista del PSOE, que inicialmente era independiente no afiliado, Antonio Barrientos, sustituyese a Caba en la alcaldía. Dice mucho de cómo eran las relaciones entre algunos de los concejales de cabecera de la lista electoral y el partido.

Rosa Díaz y Antonio Barrientos - Alcaldes

Primer gran acuerdo bancario

Tras casi una década de demandas y conflictos, el 5 de junio de 2002, apenas un año antes de fallecer D. Teodoro Úbeda, víctima de un cáncer, Unicaja emite un comunicado de prensa en el que informa de que había llegado a un acuerdo con el albacea de la herencia, mediante el cual, esta entidad financiera asumía el préstamo sindicado a cambio de la cesión del 50% de las tierras, reservándose además una opción de compra sobre el resto de las tierras de los legatarios. Con el convenio firmado, la caja de ahorros se encargaría de la gestión de los terrenos a través de su filial Inmobiliaria Acinipo S.A. y se comprometía a cumplir los objetivos de la Fundación José Nadal y de la voluntad testamentaria de Dª María Catalina Nadal.

La operación realizada a tres bandas, entre Unicaja, el grupo de bancos acreedores de la herencia y D. Teodoro Úbeda como albacea, tuvo unos resultados claros: la mitad de las tierras de la Fundación José Nadal y de María Catalina Nadal pasaron de la Iglesia a Unicaja; la otra mitad siguió en manos de la Iglesia; de la Universidad ni rastro; y "habían volado" alrededor de mil millones de pesetas. 

Pero no todo es negativo, el patrimonio de Dª Antonia Guerrero, al no depender de la Iglesia, no se vio afectado por el fraude de COPRESA.

Aunque el acuerdo suponía romper la parálisis en la que se encontraba el legado Nadal Guerrero y el proyecto universitario, una buena parte de la población mostraba cierta inquietud por la gestión urbanística que pudiese realizar el Ayuntamiento dado que Rosa Diaz tuvo votos suficientes para desbancar a Barrientos porque siete de los nueve concejales que  se presentaron con GIL se integraron en el PP. Muchos esteponeros eran conscientes de la opaca gestión que hizo el GIL a través de las empresas municipales, generando una deuda con Hacienda y la Seguridad Social de más de 4.600 millones de pesetas, 3.000 millones con entidades bancarias y 10.000 millones con proveedores; y dudaban de las intenciones del nuevo equipo de gobierno PP-GIL. 

Por esa razón, antes de que se confirmase el acuerdo Unicaja-Herencia y por los rumores que ya lo daban por hecho (Diario Área de 12/5/2002) y que consideraban que este acuerdo confirmaba que nadie, excepto el pueblo de Estepona, estaba interesado en desarrollar un Proyecto Universitario, Rosa Díaz descartó que el nuevo equipo de gobierno pretendiese llevar a cabo un "pelotazo urbanístico" con los terrenos de la herencia, como sostenía el edil de IU, Antonio Murcia, y manifestó que sólo recalificaría los terrenos para uso universitario. (El País de 15/5/2002).

El PSOE, que reconocía haberse reunido con Braulio Medel, presidente de Unicaja, antes de firmar el acuerdo, acusaba al gobierno municipal del PP de escasa transparencia administrativa y de intereses ocultos y pedía que se crease una comisión para dialogar sobre los terrenos de la herencia, en la que estuviesen integrados todos los partidos políticos (Diario de Málaga, 14/6/2002).

Como cabía esperar, el acuerdo se convirtió en una fuente de mensajes, comunicados, enfrentamientos y manipulaciones durante el tiempo que restaba de mandato.  

Y también la gestión urbanística dio mucho que hablar. El Ayuntamiento de Estepona, desde que gobernó GIL, se caracterizó por abusar de las modificaciones de elemento para alterar el PGOU y obtener beneficios para las arcas municipales y, a saber, para quiénes más.  En mayo de 2002, se contabilizaban 61 modificaciones. Según la Junta de Andalucía, Estepona era uno de los ayuntamientos que más abusaban de esta figura, por lo que debían realizar una revisión de su PGOU. En el País de 15 de mayo de 2002, Diego Narváez, en un artículo, recogía ese dato junto al rechazo de la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Málaga del cambio de uso de Parque Central (terrenos, en gran parte, de la Asociación Constructora Benéfica Santo Cristo de la Veracruz), parcela reservada para viviendas protegidas, y donde el Ayuntamiento pretendía que se destinasen a libres. La comisión entendió que el cambio no estaba justificado y que el consistorio debía además ofrecer una alternativa para compensar la pérdida de viviendas sociales. 

Y en ese mismo periódico, el ocho de agosto de 2002, se recoge: «El fiscal jefe de Málaga, Manuel Villén, ha abierto diligencias previas contra el equipo de gobierno de Estepona, (PP y ex ediles del GIL), por aprobar el cambio de uso de los terrenos del Parque Central de VPO a residencial libre. El gobierno acordó en marzo pasado modificar el PGOU en la zona y vender los aprovechamientos urbanísticos a las empresas Gestora comercial Hipersol y Aja Inmobiliaria 2000».

Con esta recalificación de los terrenos, su valor creció considerablemente y, por un lado, rompió la filosofía y los estatutos de la Asociación Santo Cristo de la Veracruz, pues su finalidad era crear viviendas sociales, pero, por otro, aportó mayores beneficios a la Iglesia católica, al Obispado de Málaga. Esta gestión mejoró la posición del presidente de la Asociación en el escalafón de la diócesis.

La hemeroteca sigue aportando datos sobre actuaciones urbanísticas de dudosa legalidad:

·      El 14/08/2002, el portavoz del PSOE de Estepona acusaba al primer teniente de alcalde de Marbella por ofrecer 600.000 euros al Ayuntamiento para la rehabilitación de una licencia caducada para construir un hotel. El País (edición digital). 27/09/2002, Diario Sur, página 10. 

·      A primeros de noviembre de 2002, se publica: «El Ayuntamiento desoye a la Junta y aprueba una serie de modificaciones puntuales de su PGOU rechazadas por la administración autonómica». El País (edición digital). 7/12/2002

En mayo de 2003, en plena campaña electoral para las elecciones municipales, fallece D. Teodoro Úbeda y se nombra albacea al obispo de Málaga D. Antonio Dorado Soto.

Tras "una legislatura" convulsa, con una moción de censura que aupó a la alcaldía a Dª Rosa Díaz,  en las elecciones de 2003, ningún partido político obtuvo una mayoría holgada:

Partido

PP

PSOE-A

PES

PA

IULV-CA

Votos

6.199

5.313

3.725

3.451

1.644

Concejales

7

6

4

3

1

Y lo que le ocurrió a GIL en los anteriores comicios le pasa al PP en éstos. Gana las elecciones, pero no consigue una alianza para gobernar. Contaba con los votos del Partido Andalucista pero les faltaba uno para la mayoría absoluta. Todo el mundo daba por hecho que el PP-PA gobernaría en minoría puesto que nadie pensaba que el PSOE e Izquierda Unida, cuyo candidato era Antonio Murcia, podrían llegar a un pacto de gobierno con el PES, partido heredero del GIL, cuyo cabeza de lista fue el primer teniente alcalde y mano derecha, puño firme, de Jesús Gil.

Sin embargo, está visto que en política todo es posible. La dirección local lo negoció y la regional del PSOE aceptó el acuerdo entre su partido, IU  y  PES, a pesar de que tres de los concejales ex-gilistas tenían causa pendiente con la justicia por su gestión en el mandato anterior. 

Una de las condiciones pactadas era que los concejales del PES no tuviesen la gestión del Urbanismo, y así fue, quedó en manos de Barrientos. Sin embargo, la gerencia de esa delegación fue para el PES. 

También se aceptó que los dos representantes de Estepona en la Mancomunidad de Municipios fuesen uno para el PSOE y otro para IU. De esa manera, PSOE e IU, tenían mayoría en ese organismo y lo gobernaban. 

Resultó elegido alcalde D. Antonio Barrientos González y David Valadez fue partícipe del pacto con el PES y ostentó inicialmente la delegación de Personal. Entramos en uno de los mandatos, 2003-2007, más complejos del Ayuntamiento de Estepona.

Fuentes utilizadas:

F.J. Albertos. "Antonia Guerrero Díaz". Archivo Díaz de Escovar. Málaga.

Blog de D. Sergio López. https://psr-e.over-blog.com/ 

Fundación Alternativa. "Mapa de presuntas irregularidades y actos de corrupción urbanística 2000-2007". ISBN: 978-84-96653-63-4


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