13 marzo 2023

El servicio de Correos y Telégrafos en Estepona durante el siglo XIX

1.- Introducción

La historia de los correos en España se remonta a la Edad Media, aunque podríamos retrotraernos al imperio romano, donde ya existían servicios de postas, o sea, conjuntos de caballerías situadas estratégicamente a lo largo de calzadas y caminos, cada dos o tres leguas (1), para que los tiros, los correos, etc., pudiesen ser relevados. 

En el Medievo, tras un largo periodo de mensajeros y mandaderos reales y particulares como los ochenta que tenía el rey de Aragón don Pedro el Ceremonioso para la correspondencia real; de arrieros con misión postal, como aquellos quince de la Universidad de Salamanca que, gozando de su fuero, servían de enlace entre los estudiantes y sus familiares; y después de ver los importantes cargos relacionados con la correspondencia, como el de Correo Mayor en la corte de los Reyes Católicos; llegamos a la etapa en que se arrendó el servicio a particulares, como se hizo desde el siglo XVI a favor de Francisco de Tassis (vr. Francisco Taxis), quien en 1500 implantó en España el sistema y organización que él mismo explotaba en Alemania. 

Con la llegada de los Borbones al trono, Correos pasa a ser un servicio del Estado y es Felipe V quien lo extiende a todos los ciudadanos como un servicio público. Este Rey, a través de un real decreto de 21 de noviembre de 1706 incorporó a la Corona los oficios de correo mayor existentes en España, acontecimiento que acabó con el monopolio de los Tassis, dando lugar a que el 23 de julio de 1707 se iniciase un corto periodo provisional en el que se arrendaron mediante asiento los servicios postales, primero a Diego de Zárate y Murga, Marqués de Montesacro, hasta que el 1 de agosto de 1711 se efectuó un posterior asiento con Juan Francisco de Goyeneche Irigoyen que duró hasta finales de julio de 1716, como establecía el real decreto de 13 de julio de 1716: «(…) desde primero de agosto próximo a este año se administren de quenta de mi Real Hacienda todas las estafetas y correos de dentro y fuera de mis dominios y carreras de postas puestas y que se pusieren en ellos (…)».

En 1716, Felipe V nombra a Juan Tomás de Goyenese como Juez Superintendente y Administrador General de las Estafetas de dentro y fuera de estos Reynos, y el 7 de mayo de 1718, siendo secretario de Estado el marqués de Grimaldo, lo sustituyó por Juan de Aspiazu, que, el 23 de abril de 1720, publicó el exhaustivo Reglamento general expedido por su Magestad para la Dirección y Gobierno de los oficios de Correos Mayor, y Postas de España en los viages que se hicieren; y exenciones que han de gozar, y les están concedidas a todos los Dependientes de ellos. 

Fuente: Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal

Posteriormente se publican, en 1743, las Ordenanzas de Correos, con la finalidad de evitar abusos y fraudes que se venían cometiendo. 

Es a partir de este momento cuando se plantea la necesidad de que el servicio de Correos cuente con edificios propios y se encarga la construcción en Madrid de la primera Casa de Correos al arquitecto Ventura Rodríguez.

De esa época, de los personajes que intervienen en Correos, hay que destacar a Pedro Rodríguez de Campomanes, quien desde 1755 racionaliza las tarifas, instituye el reparto a domicilio, crea el oficio de cartero - en 1756 se crea el Cuerpo de Carteros en España -, las bocas de buzones en las estafetas, etc. 

Uno de los objetivos de los políticos de la Ilustración fue la mejora de las vías de comunicación y se llevaron iniciativas como la apertura de la carretera entre Madrid y Cádiz y el paso de Despeñaperros entre 1760 y 1765, y la elaboración de diversos mapas.

El servicio postal fue madurando y en 1794, durante el mandato de Godoy, se publicó la Ordenanza General de Correos, Postas y Caminos, que había desarrollado el conde de Aranda y que abordaba extensamente todos los aspectos relacionados con los responsables, empleados y servicios de Correos y establecía el funcionamiento de las administraciones postales, las estafetas o las Casas de Postas. 

Plano Geográfico de las Administraciones principales de Correos. Autores: Francisco de Ita y Juan Victoriano Jareño [ca. 1789-1790] Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. 
https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/cartoteca/buscar/getetiqueta/id/5222

Durante el siglo XIX el servicio de Correos goza de un crecimiento espectacular gracias a la revolución de los medios de transporte (carruajes, ferrocarril, etc.) y la invención y aplicación del sello de franqueo, que determinan la masificación y la universalización del Correo, lo cual tendrá su repercusión en las tarifas. Conviene recordar que el primer sello de franqueo, de Correos, data del 8 de enero de 1850, y es el denominado "seis cuartos negro" por su valor y color.

Fuente: https://museopostalytelegrafico.es/enero-de-1850-se-emite-el-primer-sello-de-espana/#:~:text=El%208%20de%20enero%20de,de%20la%20reina%20Isabel%20II.

Paralelamente, la implantación del servicio público del telégrafo en España se remonta a 1845 con la puesta en marcha de los telégrafos ópticos a cargo del brigadier José María Mathé, aunque es a partir de 1854 cuando se implanta la telegrafía eléctrica y en 1855 se tiende en el país una red telegráfica de configuración radial, con centro en Madrid, que va llegando a las capitales de provincia y se va cerrando, en forma de polígono con líneas transversales, de forma que, en 1864, está casi completa en la península, Ceuta y las islas Baleares. Melilla y las islas Canarias tendrían que esperar hasta la década de 1880 para contar con comunicación telegráfica submarina. De 194 oficinas y 10.000 km de línea que había en 1864, se pasó a 1491 oficinas y 29.030 kms en 1900.

El telégrafo comenzó su andadura siendo utilizado principalmente por la administración y, con el tiempo, se introdujo en el mundo empresarial y en las clases medias, gracias a una política de tarifas baratas y a su rapidez comunicativa. Su época dorada fue el último cuarto del siglo XIX y el primero del siglo XX y fue perdiendo terreno con la llegada del teléfono. 

2.- El servicio de Correos y Telégrafos en Estepona durante el siglo XIX

2.1.- Correos

Durante todo el siglo XIX, y en especial en su segunda mitad, el servicio postal público se expande territorialmente con un sistema jerarquizado de centros postales, estafetas y carterías. Sin embargo, una buena parte de las líneas de reparto, entre ellas las de Estepona, se siguen haciendo a pie o a caballo al no existir carreteras. Las condiciones de trabajo de los encargados del transporte de la correspondencia desde nuestra localidad a Marbella, Manilva, Gaucín o San Roque eran especialmente duras ya que a las malas comunicaciones entre los pueblos había que añadir la climatología, las circunstancias políticas y los conflictos de cada momento.

Cuando hablamos de guerra civil en España siempre pensamos en la que libró Franco contra la República entre 1936 y 1939, sin embargo, han habido múltiples guerras civiles en nuestro país y muchas durante el siglo XIX, como las guerras carlistas o la que se libró entre liberales y realistas durante el Trienio Liberal. Ello repercutirá, como veremos, en el trabajo de los conductores de correspondencia.

Por las actas capitulares podemos conocer detalles del funcionamiento del servicio postal, en Estepona, durante el siglo XIX. Como veremos, los problemas son repetitivos: dificultad del transporte por la ausencia de carreteras y numerosos ríos que cruzar, falta de puntualidad y retrasos en la entrega, escasa dotación y remuneración del cartero, descontrol en la entrega de la correspondencia por no saber leer y escribir el cartero, etc. 

Vamos a comenzar con la de 8 de abril de 1804, en la que se recoge la renuncia del vecino Antonio Chacón a seguir desempeñando el encargo de la Administración del Correo, tras ocho años en que viene haciéndolo, por no serle rentable (por «defalco de sus intereses»). El Ayuntamiento acepta su dimisión y acuerda que se publique por si hay alguien interesado en  hacerse cargo de ese trabajo.

En la sesión de 15 de abril de 1804, se nombró como encargado del Correo a Josef Agea «que respecto aser aforado sea con la condicion de dar fianza hasta en cantidad de mil reales, y no pudiendo mirar con indiferencia los perjuicios que padece la Real Hacienda y este Comun aquellos por el defalco delos Intereses y este con el atraso que notoriamente se adbierte con la falta de correspondencia a causa el dirigirse dicho Correo por la ciudad de Marvella por lo cual y con el fin de evitar aquellos por mas tiempo acordo asimismo se represente á donde corresponda a fin de que dicho Correo se dirija por la Caxa de la ciudad de San Roque y asi quedó resuelto».

El Sr. Agea duró poco en el cargo pues el 15 de julio de ese mismo año, el Ayuntamiento admitió su dimisión como encargado de la conducción de la balija de la correspondencia entre Estepona y Marbella y nombró a Pedro de Silva, insistiendo en hacer las gestiones para que el Correo se realice a través de San Roque y no de Marbella.

En el Cabildo de 7 de agosto de 1804, este encargado del Correo manifiesta que el trabajo le es deficitario. Para poder realizar el servicio requiere una asignación de cien ducados y el Ayuntamiento manifiesta que no tiene facultad para conceder esa petición y que se lo transmitirá a la Superioridad para «la mutación de dicho Correo por San Roque, ó se conceda á dicho conductor quatro quartos de sobre precio en cada carta, pues de otra manera no se encontrará persona que lo tenga á su cargo y no es posible suspenderse la correspondencia y asi quedó acordado».

El Administrador de Correos de Málaga, una vez conocida la situación, le envía una carta al Ayuntamiento de Estepona, que trata el Cabildo el 15 de noviembre, para que el Corregidor le haga un informe sobre la mutación del Correo por San Roque.

Pedro de Silva debió conseguir algo de lo propuesto puesto que se mantiene al cargo del Correo hasta 1808. En la sesión capitular de 28 de octubre de 1808, sin embargo, vuelve a manifestar que desea que se le releve del cargo a no ser que se le asigne una dotación de 100 ducados anuales. El Ayuntamiento acordó que continuase hasta fin de mes y que fuese sustituido por Sebastián Salinas.

Los problemas con el correo se mantienen, como puede comprobarse en el acta del Cabildo de 12 de noviembre de 1809, en la que se recoge la tardanza con que llega a su destino la correspondencia al ser enviadas a Marbella, desde allí a Coín y posteriormente a Málaga, resultando ocho días hasta que se entrega. Al regreso no suele tardar tanto aunque se producen extravíos. Por otra parte también era muy necesario el envío de correspondencia a San Roque y ahí no hay servicio por lo que se provocan enormes gastos al vecindario. Todo ello acarreaba que las órdenes urgentes de las autoridades no se podían cumplir, cuando se resolvería el problema enviando la correspondencia por la Caja de San Roque, que llega a todos los distritos por Postas y Estafetas. Por esta vía, la correspondencia llegaría con prontitud y sería más económica. El Consistorio acordó enviar escrito al Secretario de Estado para que encargue a la Dirección General de Correos que habilite la ida y vuelta de la Correspondencia entre Estepona y San Roque, que permitiría más rapidez para las cartas con destino a Sevilla, Cádiz y adyacentes e incluso a Ronda. El Correo de Marbella se mantendría para el envío a Málaga o Écija. 

En la sesión de15 de marzo de 1812, al haber fallecido Sebastián Salinas, a cuyo cargo estaba la conducción del Correo desde la ciudad de San Roque hasta Estepona, el Ayuntamiento, por tener «entera confianza en Andrés Aragón» acuerda nombrarle para dicho encargo, «satisfaciendosele del caudal de Propios, la gratificación que le está asignada, gozando de las exenciones y prerrogativas que estan concedidas á los de su clase». 

En el acta de 13 de marzo de 1814, textualmente se recoge: «En este Ayuntamiento se ha visto y leido un memorial de Manuel Linares, vecino de esta villa por el que manifiesta entre otras cosas que hallandose la Balija y conducion del Correo á cargo de Andres Aragon Troyano y que por la corta dotacion que defruta se distrae á otras ocupaciones de su propio interes, padeciendo atraso la correspondencia pública , por que solo una vez en la semana lo conduce y que ademas por defecto de no saber leer ni escribir está fiado el despacho de este encargo á las mugeres de la casa; por lo qual se ofrecia a serevirlo el Linares con toda exâctitud pasando dos dias cada semana á traer dichas balijas de la ciudad de Marvella, disfrutando solamente la asignacion que al presente le está hecha, y en vista de todo, reflexionada dicha exposicion y constando ser cierto quanto een ella se expersa, y que el citado Aragon ha manifestado al Sr. Presidente de este Cuerpo y algunos otros individuos de él, estar pronto á dejar su encargo si no se le aumenta la dotacion a cien ducados de vellón, se acordó: Que desde luego se admita al Manuel Linares por tal conductor del Correo ordinario en lugar del Andres Aragon Troyano, dando principio entrado el mes de Abril próximo y que se le asista con la asignacion de doscientos cincuenta reales de vellón anuales con que se halla dotado del Caudal de Propios, entregandosele al Linares, testimonio de este nombramiento para que le sirva de titulo, y que por el Sr. Presidente se despache oficio al Administrador de Correos de Marvella á efecto de que al referido Linares entregue la correspondencia que se dirija á este Pueblo; y así quedó determinado.

El acta de la sesión del 7 de septiembre de 1816 que transcribiremos al pie de la letra, como todas las demás, y con las abreviaturas que usaba el Secretario municipal desarrolladas puede ser difícil de comprender, por las diferencias entre palabras del español de la época y el actual y errores ortográficos que contiene, pero considero que es un documento interesante para conocimiento de los lectores por su curiosidad lingüística y porque describe muchas de las deficiencias que tenía el servicio de Correos. En resumen, trata de que los responsables de Correos de Marbella y Málaga reciben quejas de que el Corregidor abre la valija de la correspondencia (pensamos que por posible control o censura) y el Ayuntamiento responde que lo único que hace este señor es asistir a su apertura para recoger la documentación y papeles oficiales, pues, al no saber leer ni escribir el cartero, había individuos que se llevaban dichos papeles. La Administración de Correos propone al Ayuntamiento que lo cambie provisionalmente y que proponga a tres personas para el servicio, para que ellos elijan uno, y el Consistorio responde que con la dotación económica que recibe es imposible encontrar a nadie. El Corregidor, ofendido por las quejas, manifiesta que no volverá a asistir a ninguna apertura y el Ayuntamiento nombra al escribano de la localidad para que sea él el que esté presente en la apertura de la valija. 

«En este Ayuntamiento se leyó por el Sr. Correxidor Presidente un oficio del Administrador Depositario de Correos de la ciudad de Marvella dirijido a dicho Sr. en el que se inserta ótro de Coin a quien abia oficiado el Sr. Administrador General de Malaga insertandole una orden de la Direccion general de dicho ramo en el que esta se manifiesta enterada de los Ynformes que abia tomado en virtud de las quejas que se abian dado sobre la arbitrariedad con que el expresado Sr. Correxidor abre por si la balija de la Correspondensia publica abia determinado se le prevenga al balijero no entregue la balija a dicho Sr. disponiendo el mensionado Sr. Administrador de Malaga que en el caso de no saber leer ni escrivir el actual conductor nombrase esta Corporacion persona que ejerciera sus beses y supiere leer y escrivir mientras que por este mismo cuerpo se propusiesen tres sujetos actos para su desempeño para que recaiga en el uno de ellos la aprovasion de la Direccion general, y que en caso de que la dotasion sea tan corta que no haya persona que quiera desempeñar dicho encargo, que el propio Ayuntamiento arbitre medios para que se aumente y pueda haver quien solisite la Plasa manifestando en el acto el expresado Sr. Correxidor que sobre la materia tenia informado a los Sres. Directores generales la Realidad del Caso, y motivos por que presensiaba la apertura de la balija, y sobre lo cual estava esperando desision pero que sin embargo dava cuenta de todo para que este Ayuntamiento actuado del tenor del sitado ofiisio y orden que se inserta de la Direccion general dispusiese lo conbeniente terminante a dicho fin de que instruidos dichos Sres. Diose razon que el tenor de la sitada orden de la Direccion General, esta descubriendo la falsedad de las quejas que la habran dado terminantes a este particular pues se infiere que se abran informado que el actual Sr. Correxidor por sy abre la Balija, y que ha sido una adbitrariedad dicho Sr el efectuarlo siendo asi que semejante cosa fue establesida por los Alcaldes Costitusionales con motivo de las faltas que experimentavan en la correspondencia de ofisio, y desde que asistieron a la apertura de la balija sesaron aquellas con cuio sistema continuó el actual Sr. Correxidor desde que por los Reales Decretos de S.M. en fines del año del catorse se restituyeron el govierno Politico del Pueblo que antes estava encargado a los insinuados Alcaldes praxticandose la operasion abista de todo el Pueblo que concurre a las Casas del Conductor cuando llega y a presensia de todos abria la Balija dicho conductor y sacavan los Alcaldes los pliegos de ofisio, y lo mismo á practicado el actual Sr. Correxidor y todos los que han ejersido la Jurisdiccion en sus largas ausiensias y por lo tanto es una falsedad quanto hayan abultado a la Direccion general sobre este asunto, mayormente quando les constava a este Cavildo las gestiones que a practicado dicho Sr. para buscar otro conductor que sepa leer y escribir de cuias dos cualidades carese el actual sin haver quien quiera desempeñar el encargo por no tenerse asignacion mas que doscientos y sinquenta reales anuales, y por tan corta ninguno quiere hir dos beses en la semana por la correspondiensia por cuias rasones no alcansa este Ayuntamiento como puedan proponerse tres personas quando no se encuentra una ni tampoco se haya con facultades por aumentar la Dotasion pues esto es pribativo del Supremo Consejo a quien desde luego se podra representar sobre ello pero ental tanto deside y se logra que se aumente la dotasion no encuentra otro adbitrio para que la correspondiensia de ofisio no padezca el estrabio que antes se experimentava y de ello se infieran perjuisios y responsavilidades incarculables que el de que el actual Sr. Correxidor concurra como hasta aquí, a presensiar la apertura de la Balija, y sacar la correspondiensia de ofisio por ser una persona por todos conseptos de la confiansa de este Ayuntamiento y de todo el Pueblo en general, pues seria mui estraño que meresiese la confiansa publica un hombre como el que por lo regular el que desempeña el encargo de conductor, y no la tubiere el que ejerse la Real Jurisdiccion ordinaria, y de este modo no abra falta en la correspondiensia de ofisio mayormente quando no ay persona que quiera haserse cargo de ello ni interinamente ni en propiedad, lo que entendido por el actual Sr. Correxidor manifesto dando grasias por el onor que le dispensava que de ningun modo se haria cargo de concurrir mas a la apertura de la Balija pues su opinion en boca de los malebolos eran bulmeriadas (2) ademas de la incomodidad que le causava el concurrir a las casas del conductor los abia continuado asiendo como lo ejecutavan los Alcaldes contitusionales por el mejor servisio de S.M. biendo que no estrabiaban Pliegos de oficio desde que se adoto este tenstamento pero sy protestava en toda forma que no fuese de su cargo los perjuisios que se siguieren como de bolberse a notar las faltas que antes en la correspondensia ofisio como quisas subsedera pues puede ser que las repetidas quejas que se han dado sobre esta materia son produsidas por los que sacaban lo plegos y redusiendo la cosa a los terminos de desorden que estava antes de que los Alcaldes Costitusionales adoctasen el temperamento que obserbava en el dia, buelban a insistir en los mismos echos prebaliensose de que el actual conductor por no saber ni aun leer, entrega las cartas a todo el que llega a preguntar si la tiene, y por cuia rason asia dicho Sr. la protesta que deja echar en cuia virtud y a pesar de que los expresados Sres. suplicaron al enunsiado Sr. con repetision continuase en los terminos que hasta aqui no ubo forma de que asintiere a ello por cuia rason, y biendo su resistensia, acordaron que se represente a el Supremo Consejo de Castilla sobre el aumento de la dotasion del conductor, y que interin se resuelbe por dicho Supremo tribunal mediante a que no ay persona que quiera haserse cargo interinamente por el corto sueldo que defruta mas que el actual aue continue llebando y trayendo la correspondensia como hasta aquí por que no subseda quedarse sin ella el publico y que para ebitar el estravio de los pliegos de ofisio que anteriormente les consta a todos se berificava desde luego nombrando este Ayuntamiento a Don Francisco Fernando de Casas escribano de S. M. persona de toda su confiansa y satisfaccion, a quien devera abisar el conductor asi que llegue para que recoja la correspondensia que benga de ofisio, con cuio objeto fueron conbocados ambos y se les actuo de este acuerdo, disponiendo asimismo dichos Sres se diere cuenta de esta determinasion a los Sres Directores Generales de Correos del Reino y al Sr. Administrador general de Malaga con testimonio de este Cavildo para que les conste y puedan los primeros preseptuar a esta corporasion lo que tengan abien, y asi quedo resuelto».

Aunque el Ayuntamiento manifestó la dificultad de encontrar persona que se encargase del transporte de la correspondencia, días después, en la sesión plenaria de fecha 22 de septiembre de 1816, se vio la solicitud del sargento retirado Fernando Tudela para ser conductor y distribuidor del correo y como reunía el requisito de saber leer y escribir y tenía la confianza de la Corporación, se acordó nombrarle para realizar dicho servicio, de forma interina, mientras se encontrasen tres sujetos que pudiesen proponer a la Dirección General del ramo.  En consecuencia, decidieron comunicar al anterior conductor, Andrés Aragón, que quedaba separado del servicio por una única razón, el no saber leer y escribir.

Durante el periodo conocido como Trienio Liberal (1920-1923) (3), una de las deficiencias del servicio de correos era la tardanza en llegar la correspondencia a su destino, por no tener algunos pueblos persona que se encargase del traslado del correo,  como se puede comprobar por el acta capitular del Ayuntamiento de Estepona de fecha 31 de enero de 1821 en la que consta: «En este Ayuntamiento se ha visto un oficio dirigido á el mismo por el Sr. Don Esteban Jose de Alba, Diputado secretario de la Diputacion de esta Provincia de fecha veinte y uno del corriente en orden alas reclamaciones que han hecho varios Pueblos por no recibir en tiempo oportuno las órdenes que se le comunican por haberse negado en continuar en sus egercicios los Conductores de la correspondencia, y en consecuencia de lo que en razon de ello se prebiene por dicha Diputacion Provincial. Acordaron que estando expedita en esta villa la correspondencia por tener conductor que la asiste; se conteste así á dicho Sr. Diputado Secretario, por el Sr. Presidente.»

Vuelve a aparecer la tardanza en el acta capitular de  15 de marzo por escrito del Jefe Político Superior que pide mayor diligencia en el envío de la correspondencia. La respuesta del Ayuntamiento fue que había que tener en cuenta la poca dotación que tenía el conductor responsable del servicio y la sobrecarga de peso que padecía en ocasiones.

Y en la sesión de 22 de agosto de 1822, el jefe superior político (equivalente al gobernador provincial) transmite la orden de que «los Alcaldes Constitucionales de todos los pueblos, especialmente de Cataluña ó Valencia y las demas que se hallan ostigadas por los facciosos tengan prontas las caballerias que necesiten los conductores que pasen por ellos conduciendo pliegos del servicio nacional ó correspondencia publica y los auxilien si fuese necesario con escolta de la Milicia Nacional, cuyo costo deberá abonarse por las Administraciones respectivas de Correo».

En la sesión de 25 de septiembre, se trata un oficio del jefe político indicando que «para ordenar la correspondencia pública, se nombre un comisionado que devera estar en la capital el dia 28 de actual, con varias noticas que en el se espresan relativas a la correspondencia, dias que sale y entra el correo, situacion, riqueza, relaciones que tiene ese pueblo». El Ayuntamiento acuerda que se le comunique al regidor D. José Antonio Guerrero, que se encontraba en Málaga «para que en dicho dia se presente a evacuar lo que previene dicho oficio».

En el Cabildo de 8 de octubre, Guerrero informa de la reunión con el jefe político y que, sobre la correspondencia, lo único que se trató era la tardanza en llegar las cartas a la capital, entre cuatro y cinco días, cuando la vuelta era de unas treinta y seis horas. La razón que se esgrimió era que el correo de Estepona y Marbella se enviaba a Coín y llegaba allí cuando el conductor de la valija ya se había marchado a Málaga para llevar el correo general que llegaba los martes y jueves y que si esta persona se esperase hasta recibir la correspondencia de los pueblos podría estar en Málaga entre las siete u ocho de la noche los martes y jueves. Se dejó en manos del administrador la resolución de la cuestión: o se esperaba el conductor o se enviaba unas horas antes desde los pueblos.

Y en la sesión municipal de 22 de noviembre el secretario dio cuenta de dos oficios enviados por el administrador de Correos de Marbella y del de Málaga exponiendo el primero que había observado el mal funcionamiento del servicio, consecuencia de los atrasos con que llegaba el conductor, que debía estar en Marbella los martes y sábados a las 12 de la mañana y por cuyo motivo, el día 9, se había visto obligado a poner un conductor propio para gestionar la correspondencia. Los gastos de esta persona debía sufragarlos el conductor que se atrasa, Fernando Tudela.  El administrador de Málaga se refería a los mismos hechos, al atraso con que llegaba la correspondencia, de la que se encargaba un muchacho, y emplaza al Ayuntamiento a que tome las medidas oportunas para evitar dichos atrasos. Dado que la responsabilidad de los hechos es del Consistorio y de la Administración de Correos de Málaga, mientras decide el Jefe Superior Político, se acuerda poner otro conductor supletorio. El Ayuntamiento comenta que, por lo que le ha dicho, verbalmente, el responsable del servicio Estepona - Marbella, Fernando Tudela, éste no está interesado en continuar con este trabajo y nombran interinamente a Cristóbal Jiménez Parrado.

En el acta de la sesión del Cabildo de Estepona, de 18 de enero de 1823, uno de los puntos del orden del día trataba sobre la dotación del correo y de él se extrae las dificultades del servicio por el número de ríos que había que atravesar con las caballerías, el bajo sueldo que tenía el cartero y que, en el envío de la correspondencia, pagaba tanto el que remitía la carta como el que la recibía: «Tambien se hizo presente por el Sr. Alcalde primero que para la asistencia que previene el Sr. Gefe Superior Político de esta Provincia y puntualidad en la correspondencia, era necesario dotar a este Empleado  con estipendio capaz a su trabajo pues con cien ducados no podía mantener una vestia que necesita indispensablemente para la infinidad de rios que tiene que pasar de aqui a Marvella; tambien propuso que para quitar al vecindario el pago de un cuarto que satisface por cada carta que remite y dos cuartos por real de las que recibe devería tener el conductor de la balija trescientos ducados y después de conferenciar algo mas con detencion este punto se acordo desde luego se proponga a S. E. la Diputacion Provincial el aumento de sueldo para dicho empleado con las ventajas que resultarian al vecindario, y especificando con puntualidad, el trabajo que este tiene dos veces a la semana hasta la cantidad de trescientos ducados, y así dispuesto se concluyó este Cabildo que firma con los Sres. que saben hacerlo de que certifico=». 

En la sesión de 12 de junio de 1823, en plena guerra contra Francia, con los partidarios de Fernando VII atacando a diversos pueblos de la comarca, y el servicio de Correos afectado, el Consistorio liberal de Estepona recibe una comunicación de las autoridades provinciales para que no se envíe correspondencia alguna a los pueblos ocupados por el enemigo. El Ayuntamiento acordó poner carteles informativos para conocimiento de los vecinos.

El 9 de julio de 1823 se produce la conquista de Estepona por los partidarios de Fernando VII con el consiguiente cambio del gobierno local y empleados municipales. Y el 2 de agosto, el Cabildo trató el escrito presentado por Fernando Tudela, vecino de la Villa, solicitando que se le separase del encargo que tenía de conducir el correo de Estepona a Marbella «por serle graboso ácausa de lo poco que le producía, y no poder mantener la cavalleria que tenia exercitada al efecto». El Consistorio admitió la solicitada separación y unánimemente nombraron en su lugar a Francisco Valero, también vecino de Estepona, para tal cargo con la misma asignación que de antiguo le estaba señalada. «Yhabiendose comparecido al Susodicho, á estas casas consistoriales, se le instruyo por mi el Secretario, del espresado nombramiento, y lo acepto enforma; ofreciendo desempeñarlo con la esactitud, y legalidad que corresponde, y a su birtud se le entrego por el Sr. Presidente la llave de la Balija, que conserbara en su poder el Tudela; y el oportuno oficio para el Administrador de correo dela ciudad de Marbella, D. Juan Alonso del Moral, para que le conste y entregue la correspondencia respectiva á esta Villa á el dicho Balero, con la Balija que havia dexado en el anterior correo empoder del citado Administrador, segun ha manifestado en dicha su solicitud el Fernando Tudela, y asi quedo determinado.»

En el acta de la sesión del Cabildo de Estepona, de 26 de julio de 1825, consta la responsabilidad del Ayuntamiento en la gestión del Correo y el coste del mismo, así como las dificultades de extender el servicio hasta San Roque y tener que atravesar el término municipal de Manilva:

«En este Ayuntamiento se conferenció acerca del cumplimiento de la Superior Orden de la Direccion General de Correos sobre la composicion del camino que se dirige a San Roque á virtud de la Comision que para proponer el modo de llebarla aefecto se le habia conferido al Regidor Decano y al Sindico del comun y despues de haber oido estensamente aéstos, Acordaron se haga presente que el termino jurisdicional de esta expresada Villa sobre dicha direccion se extiende solo hasta la nombrada piedra de las Palomas, siendo la distancia como legua y media continuando el de la Villa de Manilba, que por este districto sigue el Camino para San Roque bien por la orilla del Mar que se encuentra llano por formarlo la misma Playa, y otra que se usa quando las bocas de los Arroyos no permiten pasar el anterior, el qual sigue por el barronal y aunque no se encuentra en muy mal estado, pues transitan carretas puede ponerse de un todo arreglado siempre que se le facilite a la Villa algun fondo con este objeto, respecto a que carece de los precisos en sus Propios para las indispensables atenciones sin que pueda menos este Cuerpo que poner en la consideracion de la Direccion que en manera alguna participa esta Villa del beneficio de correo, antes por el contrario se encuentran sus Vecinos grabados con una imposicion que ningun otro Pueblo la tiene, por quanto girandose los Correos desde Manilba, para San Roque Estepona, tiene que costear por si la conducion de su correspondencia a Marbella, sosteniendo un conductor particular a quien a más de la Asignacion consta que de sus fondos comunes satisface y paga por cada carta sencilla dos quartos, y doble un quarto sobre cada real de su primitibo importe, experimentando ademas el considerable retraso en la correspondencia de esta ála Ciudad de Malaga de siete dias solo para su llegada: No dudando el Ayuntamiento que aquella Superioridad tendra en consideracion estas reflexiones afin de remediar los perjuicios que sesiguen, en el concepto de que ningun medio de quantos estan ael alcance de esta Corporación, lo omitira para dar puntual cumplimiento asus disposiciones en beneficio del Serbicio de S. M. y Publico todo lo que se haga presente con testimonio de ese Acuerdo que dirija el Sr Presidente en satisfacion ala orden comunicada por el Sr. Intendente de esta Provinica y asi quedó resuelto.»

En el acta de la sesión del Ayuntamiento de 8 de junio de 1826 consta la presentación de un Memorial de D. Juan Ordoñez, conductor y administrador de correos de Estepona, que iba acompañado por la documentación correspondiente a su nombramiento como tal. En el escrito, el Sr. Ordoñez, solicitaba que se le concediesen todas las prebendas que tenía ese cargo, como la de estar exento de ser concejal. El Consistorio acordó reconocerle como conductor y distribuidor de la correspondencia de la Villa, «guardandosele las exempciones que por el mismo se le conceden á el susodicho y se le debuelba el expresado titulo; y que en quanto al señalamiento de sueldo que por el mismo se pide por el citado Memorial sin embargo de que consta a este Cuerpo Capitular la ebidensia y certesa de los fundamentos en que apoya su Instancia y le considera muy acrehedor ála Asignacion de una Dotacion correspondiente áel cargo que sobre si atrae el Destino que se le confiere, tocandose como se toca la absoluta imposibilidad de hacerle señalamiento alguno sobre los fondos publicos de esta expresada Villa que no son suficientes en manera alguna para cubrir ni aun la mitad de las atenciones que sobre si tienen por la disminucion que han sufrido los mismos en la suspencion del producto del ramo de Aguardiente sin poder contar con ningun otro arvitrio para ello, ni hallarse esta Corporacion con facultades para imponerlos de ninguna clase, estando solo señalada por el Reglamento de Propios aprobado por el Real y Supremo Consejo de Castilla, la Dotacion cortisima que resulta de cuentas de Propios corrientes al conductor del Correo que es insuficiente en todos sentidos para atender a dicho objeto, incombenientes todos que imposibilitan a este Cuerpo Capitular acceder a la expuesta solicitud del Ordoñez, resolbieron sele debuelba áel mismo dicha su solicitud original poniendose a continuacion testimonio literal de este Acuerdo para que en su vista el referido interesado pueda aser las demas gestiones que estime conducentes a su intencion; y asi quedó determinado».

El Consistorio reconoce los derechos del responsable de Correos, pero en cuanto a su dotación económica utiliza un argumento que se repite a lo largo de la historia, hasta hace muy pocos años, cual es la mala situación económica del Ayuntamiento, el no contar con recursos y fondos para realizar los pagos requeridos.

En la sesión de 25 de enero de 1828 el Ayuntamiento analiza determinados gastos municipales entre los que se cuenta el correo:

«[…] Que a los Alguaciles y pregoneros se ponga el salario de real y medio diario cada uno y al conductor de la correspondencia publica dos reales pues que no considera este Ayuntamiento suficiente el salario de cien reales que en el dia cada uno disfrutan anualmente sobre los escasos productos que tal proporciona sus empleos y por ello se han advertido notables faltas con perjuicio a la pronta administración de Justicia y despacho de los asuntos correspondientes a ellos, ni la de doscientos cincuenta reales detallados al conductor del Correo puesto que este funcionario preciso e indispensable tiene que parar dos veces a la semana á la Ciudad de Marbella distante de esta cinco leguas á llevar y traer su correspondencia. […]».

Podemos comprobar que el servicio tenía sus deficiencias de puntualidad y que los salarios de los responsables no cubrían correctamente sus necesidades. 

En la sesión plenaria de 13 de septiembre de 1829 se trató el siguiente comunicado:


AHME

Del escrito se puede deducir que los costes de los envíos de documentación del Ayuntamiento eran elevados, por lo que la autoridad provincial, que tenía que pagar, le ordena que envíen periódicamente a una persona a la capital para entregar toda la documentación. 

Las dificultades que tenía realizar el servicio de Correos durante los inviernos se muestran en el escrito del responsable del mismo, D. Diego Ordoñez:

AHME


El escrito del Sr. Ordoñez se trata en la sesión del Ayuntamiento de 8 de diciembre de 1829, que transcribiremos a continuación.

«Por este Cavildo se dio cuenta de un memorial presentado por Don Diego Ordones conductor y distrivuidor de la correspondencia publica de esta villa, manifestando el atraso que padese el correo en los tiempos de imbierno por las abenidas de los muchos rios que hay desde esta villa álaciudad de Marvella, adonde se conduce de esta Poblacion y se recogen las cartas que á el dirijen por la caja de Malaga, y proponiendo medio de evitarlo, qual es mudar la comunicación a la caja de correos de la ciudad de San Roque; y entendido este Ayuntamiento unanimemente á cuando que mediante á constarle la certeza de quanto por el citado distrivuidor se propone, se elebe dicha solicitud testimaniada con este particular acordado, por medio del Sr. Presidente al Exmo Sr. Director General de Correos del Reyno , áfin de que instruido de ello, se sirva, si lo estima oportuno, ordenar que la correspondencia de correo de esta villa se dirija por la Caja de correos de S. Roque, y no por la de Málaga como está en la actualidad en consideracion á el atraso que por esta se esprimenta, ó que S. E. resuelva lo que crea conveniente, y asi quedó acordado.»

Por el acta de la sesión del Cabildo, de 22 de agosto de 1835, nos consta que D. Diego Ordoñez, encargado de la conducción y distribución de la correspondencia pública de la villa, renuncia a seguir realizando esas funciones y presenta un escrito en el que manifestaba «que hallándose de salud quebrantada, y tener otros negocios á su cargo para su subsistencia, no haviendo podido conseguir el aumento de sueldo que tantas veces ha solicitado, se vea en la necesidad de renunciar este encargo pidiendo que para el dia de mañana se nombrase una persona que recibiese la correspondencia que debera á llegar y abriese las balijas».  El Consistorio decide que se encargue, provisionalmente, de la recogida de la correspondencia, el «Cavallero Administrador de Rentas», D. Nicolás López, pero hallándose éste «en la abitación del Sr. Corregidor le hice presente yo el Secretario lo acordado por esta corporación, y me manifestó no poder aceptar dicho encargo por ser imcoptatible con su destino y haviendolo hecho presente […] al real Ayuntamiento acordaron por unanimidad de votos nombrar a Don Manuel Barot  sujeto de toda su confianza, de conocimientos y demas que se requiere para su desempeño, y despues asi se concluyó el cabildo que firmaron los que saben hacerlo de lo cual certifico».

En la sesión del 6 de noviembre de 1835, el Ayuntamiento trata un memorial entregado por el Sr. Barot, en el Consistorio, en el que manifestaba que su sueldo era de 250 reales de reglamento y un cuarto que exigía de cada carta, y con ese dinero no podía seguir en ese destino, por la obligación de tener que ir dos veces a la semana a Marbella y las muchas incomodidades que pasaba, especialmente en invierno, por los muchos arroyos que había que sortear. El Cabildo se pronunció al respecto y acordó que aumentarían la dotación de su trabajo para el año venidero ya que se estaba casi a final de año y no constaba en las atribuciones del Ayuntamiento el aumento de dotación.

D. Manuel está interesado por el cargo y solicita al Ayuntamiento que haga gestiones con la Dirección General del ramo para que formalice su nombramiento como jefe de Correos. El Cabildo, en la sesión del 15 de febrero de 1836, se pronuncia favorablemente y aprueba su solicitud: «(…) considerando el Ayuntamiento la aptitud, integridad y exacto desempeño del  Barot, su buena conducta, moral y su decidida adhecion a la Reyna Nuestra Sra. y libertades Patrias, como tambien los Servicios que ha prestado á la Guardia Nacional, ya que es Sargento primero; acuerda proponerle como desde hoy se le propone á la Dirección General de Correos en primer lugar para el empleo de conductor y distribuidor de la Correspondencia publica de esta Villa; en segundo á D. Fernando Tudela y en tercero á Diego Bracho sugetos tambien de buenas circunstancias; y que sacandose certificacion sobre este particular se dirija con oficio á el Administrador de Correos de Marbella á fin de que por el conducto regular sea dirijido á la superioridad y se sirva acceder a las pretensiones de D. Manuel Barot».

Como buen defensor de sus intereses, en sesión del Cabildo, de 27 de abril de 1836, se trató el escrito enviado por D. Manuel al Gobernador Civil solicitando una subida de sus emolumentos dado que se le había aumentado un día más el transporte de correspondencia. El Pleno responde que está de acuerdo en que se le suban 30 reales sobre los 60 mensuales que cobra, pero que ello le correspondería al Ayuntamiento de Marbella que es el responsable de ese tercer correo creado.

En la sesión del Cabildo de 11 de noviembre de 1836, el Jefe Superior Político (cargo equivalente a gobernador civil de la provincia) solicita informe sobre la conducta de «los empleados de Correos con Real nombramiento» y, sobre el Sr. Barot, el Consistorio afirma que cumple sus deberes con exactitud, «buen comportamiento y decidida adhesion á las Libertades Patrias y á nuestra […] Reyna, (…) que le hacen acreedor á toda consideracion».

El 30 de septiembre de 1840, por orden de la Junta Superior de la Provincia debían «separarse de sus destinos los empleados que trabajaron como tales contra la libertad de los Ciudadanos en las últimas elecciones» y, entre ellos, estaba D. Manuel Barot.

El 28 de octubre de 1840, asiste a la sesión del Ayuntamiento Constitucional D. Antonio María de Lara Ramírez, comandante de la Milicia Nacional de la Villa, porque algunos de los empleados municipales que fueron destituidos de sus cargos por la Junta Superior Gubernativa de la Provincia seguían desempeñando esas funciones, «siendo esta tolerancia irritante».  El Ayuntamiento, para evitar enfrentamientos y desórdenes por el malestar que existía en las fuerzas de la Milicia por el incumplimiento de esas órdenes, acuerda comunicar la destitución a algunos de estos empleados, como D. José Leocadio Ahumada, Promotor Fiscal del Juzgado, o D. Juan Rodríguez Alva, Notario Eclesiástico. Sin embargo, «al administrador de la correspondencia pública, D. Manuel Barot, igualmente destituido por dicha Superior Junta, se le permite seguir despachando hasta que la Corporacion medite la eleccion de persona que interinamente ejerza dicho empleo». La realidad fue que D. Manuel debió usar sus habilidades sociales y sus relaciones con las autoridades locales y mantuvo el cargo.

El Sr. Barot también supo mirar por su familia: en la sesión plenaria del Ayuntamiento de 6 de mayo de 1842 se aprueba la solicitud que presenta D. Manuel, de que, «dado que su hijo D. Andrés Delmo reune las cualidades necesarias para servir el destino de encargado en la conduccion de la correspondencia pública de la Villa, se le nombre para que desempeñe su puesto en sus ausencias y enfermedades». Tiempo después, en 1854 por ejemplo, este hijo también será Secretario interino del Ayuntamiento.

D. Manuel Barot también sufrió, como conductor y distribuidor de la correspondencia pública, los impagos de salarios habituales en el Consistorio esteponero y presentó queja al Jefe Superior Político que el Cabildo trató el 25 de mayo de 1847. Manifiesta el Sr. Barot que: «el Depositario de este Ayuntamiento se niega a satisfacerle el sueldo que disfruta y le corresponde por aquellos conceptos á pretexto de que no  existen en su poder fondos de Propios y haberle ordenado la Corporacion no pague a ningún empleado;  que tiene obligacion de hacer que se […] esta Villa la correspondencia publica los Miércoles, Vienes y Domingos, a cuyo fin pone un hombre con su caballo que va a Marbella los Lunes, Jueves y Sábado por la noche; que asimismo la Corporacion no paga la correspondencia en el acto de recibirla aplazando su pago para fin de mes, y que llegado este aun hay mil obstáculos para realizar su cobro, causándole semejantes determinaciones perjuicios incalculables, tanto porque le es imposible costear el mencionado hombre cuanto por no poder rendir sus cuentas a la respectiva Administracion». El alcalde confirmaba lo descrito por el Sr. Barot y comunicaba al Jefe Superior que ya había saldado la deuda y que el problema del impago radicaba en que los pueblos del partido no habían pagado su parte del mantenimiento de la cárcel ni del sueldo del reclamante.

A mediados del siglo XIX Estepona gozaba de una estafeta de Correos que se comunicaba a pie con Manilva y a caballo con Marbella:

Correo y postas. Atlas de la Historia del Territorio de Andalucía

Volvemos a tener noticia sobre el servicio de Correos en Estepona por el acta de 1 de marzo de 1851:

«Hizose cargo esta Corporación de las razones espuestas por el presente Secretario Oficial ausiliar del mismo, y encargado en la conduccion de la correspondencia publica en solicitud el primero de que le sea aprobada la cantidad de mil reales que le ha sido rebajada en el presupuesto Municipal del corriente año del sueldo que ha venido disfrutando hasta ahora desde su nombramiento; el segundo de la de trescientos treinta y cinco, y el tercero de la de quinientos; en su virtud la Corporacion acuerda se suplique á S. E. por conducto del Sr. Presidente tenga la bondad de ordenar queden subsistentes las consignaciones y sueldos de estos empleados tales como han sido siempre consignadas y aprobadas teniendo en consideración que por la Secretaría de esta Municipalidad se despachan cuantos asuntos corresponden á las mismas y además á la Alcaldía por los dos primeros de los referidos empleados y á que si en los edictos cuando sacaron últimamente dichos destinos se fijaron aquellas dotaciones y en tal concepto fueron nombrados, hoy atendiendo al mayor trabajo de estas Oficinas cree esta Corporación aquellas dotaciones muy justas; que respecto al encargado en la conducción de la correspondencia, es publico verse obligado á tener un mozo á quien pagar cuatro reales diarios que vaya á conducirla á la ciudad de Marbella, distante de esta Villa cinco leguas, los Martes, Viernes y Domingos de madrugada, el cual debe regresar los Miercoles, Viernes y Domingos por la noche, lo que no puede sucederé en tiempo de Invierno que regresa los Jueves, Sabados y Lunes en razon a despacharlo en aquella Ciudad á hora avanzada de la tarde que tiene además la obligación de recibir y despachar la correspondencia de la inmediata Villa de Casares tres veces en la Semana, habiéndosele aumentado la intervención en el despacho de los registros y guias que se espiden en esta Aduana los que debe certificar segun está pautado en la instrucción del ramo de Correos de 1º de diciembre de 1849 (…)»,  

El 24 de septiembre de 1861, el Director General de Correos, Mauricio López Roberts, firmó las Condiciones bajo las cuales ha de sacarse á pública subasta la conduccion diaria del correo de ida y vuelta entre Estepona y Marbella.

En ellas se establecían:

1. El contratista se obliga á conducir a caballo de ida y vuelta desde Marbella á Estepona la correspondencia y periódicos que le fueren entregados, sin excepcion de ninguna clase, distribuyendo en su tránsito los paquetes dirigidos á cada pueblo, y recogiendo los que de ellos partan para otros destinos.
2. La distancia que comprende esta conduccion, el tiempo en que debe ser recorrida y las horas de entrada y salida en los pueblos del tránsito y extremos se fijan en el itinerario vigente, sin perjuicio de las alteraciones que en lo sucesivo acuerde la Direccion por considerarlas convenientes al servicio.
3. Por los retrasos cuyas causas no se justifiquen debidamente se exigirá la multa de 20 reales de vellón por cada cuarto de hora; y á la tercera falta de esta especie podrá restringírsele el contrato, abonando además dicho contratista los perjuicios que se originen al Estado.
4. Para el buen desempeño de esta conduccion deberá tener el contratista el número suficiente de caballerías mayores situadas en los puntos más convenientes de la línea, á juicio del Administrador principal de Correos de Málaga.
5. Es condicion indispensable que los conductores de la correspondencia sepan leer y escribir.
6. Será responsable el contratista de la conservacion en buen estado de las maletas en que se conduzca la correspondencia, y preservar esta de la humedad y deterioro.
7. (…) 

La vida de los conductores de correos no estaba exenta de peligro, y no sólo por las condiciones de los caminos y la climatología, como demuestra la siguiente noticia del periódico El Reino, de 19 de octubre de 1863:

Por cierto, el candidato elegido fue D. Antonio de los Ríos Rosas y el perdedor D. Enrique Heredia.

Al igual que con la convocatoria de conductor de correos entre Estepona y Marbella, en 1865 se publicaron en la Gaceta de Madrid las condiciones del servicio entre Estepona y San Roque y en 1878 entre Estepona y Gaucín.

AHME
Como hemos visto, la correspondencia se trasladaba a lomos de caballerías al no existir, entre Estepona y Marbella, caminos que permitiesen el uso continuado de carros. Esto cambió gracias a que el 7 de septiembre de 1860 el Gobierno aprobó la "Relación por provincias de las carreteras que forman el plan general para la Península é Islas adyacentes", entre las cuales figuraba el tramo Cádiz-Málaga, catalogado, según lo dispuesto en la Ley de Carreteras de 1857, como de segundo orden. 

La construcción de la carretera entre el límite de la provincia de Cádiz y Málaga se extiende desde 1863 hasta 1929. La primera fecha corresponde a los proyectos de Eusebio Torner - Fuengirola a Marbella y Marbella a Estepona -, y la última a la finalización del puente sobre el río Guadiaro. El ritmo de construcción de la carretera desde Málaga hasta Estepona fue bastante lento. El recorrido se trazó en muchos tramos sobre los caminos de herradura - senderos no aptos  para carros y por los que los productos debían moverse a lomos de caballerías - existentes por el litoral. En cada tramo había que resolver dos problemas fundamentales: el cruce de gran cantidad de cauces fluviales de caudal irregular en las proximidades de las desembocaduras, que en ocasiones formaban marismas, y el paso de las diversas sierras que, llegando al mar, formaban cabos con tramos de costa escarpada en los que había trozos sin espacio para la carretera. En el primer caso fue necesario buscar el borde del llano costero hasta encontrar lugares donde cimentar adecuadamente las estructuras. En el segundo, hacer trazados a media ladera en acantilados frecuentemente azotados por los temporales. 

Las obras comenzaron rápidamente, pero algunos puntos concretos se vieron afectados por problemas en el ritmo de la construcción como consecuencia de motivos tan diversos como las defunciones de los contratistas o las destrucciones provocadas por el temporal. 

Periódicamente, se renovaban las convocatorias de conductor de correos y, como curiosidad podemos decir que, en la que se hizo en 1888, del servicio entre Estepona y Marbella, el tipo máximo para el remate de la subasta fueron 1780 pesetas y el traslado de la correspondencia ya se hacía en carruaje. Este detalle lo podemos encontrar en el Boletín Oficial de la provincia de Cáceres de 25 de febrero de 1888, así como, también que, entre las condiciones bajo las que se contrataba la conducción diaria del correo de ida y vuelta entre las oficinas del ramo de Marbella y  Estepona, figuraban, entre otras, las siguientes:


A pesar de las condiciones establecidas en estas subastas y a que en 1889 se creó el Cuerpo de Empleados de Correos, lo cierto es que el servicio de Correos no se distinguía por su puntualidad y buen hacer, como se demuestra en los recortes de prensa que mostramos:

La Justicia,. 30/11/1891

Pésimo funcionamiento de Correos.

El mencionado Marqués de Mochales, a la sazón Director General de Correos y Telégrafos, era el jerezano Miguel López de Carrizosa y de Giles, II Marqués de Mochales y X marqués de Casa Pavón .



La Justicia, 31/3/1894

Nuevas quejas del servicio de Correos

Como curiosidad, tenemos que en el Boletín Oficial de la provincia de Murcia de 5 de diciembre de 1893, se recoge la vacante del servicio de Correos entre Estepona y Manilva:

2.2.- Telégrafos

En lo que se refiere a Telégrafos, a primeros de junio de 1864, se adjudicó a Siemens Halske y Cía. la construcción de la línea San Roque - Málaga. Existían dos proyectos, uno de Federico Gil de los Reyes, disponiendo el trazado de la línea por el interior, a través de El Burgo, Ronda, Benadalid y Gaucín, el otro, de Félix García Rivero, por la costa, conectando Marbella y Estepona. La subasta se realizó por este segundo trazado, con estaciones en Torremolinos, Fuengirola, Marbella y Estepona. 

En la Gaceta de Madrid de 23 de febrero de 1869 se recoge el anuncio de la apertura de la estación telegráfica de Estepona:

En 1870, Estepona ya está conectada a la red telegráfica española:

Fuente: Atlas de Historia Económica de Andalucía ss XIX y XX. https://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/atlashistoriaecon/cap_52/1870_Carta_telegrafica_Espa%C3%B1a.jpg

De 1888 tenemos referencias en las actas capitulares (13/10/1888) de la existencia de una Casa Estación de Correos y Telégrafos de la Villa pues se aprueban unos gastos imprevistos de 25 pesetas por el reconocimiento de las instalaciones a cargo de un soldador y un carpintero. 

Y en el acta de 10 de noviembre de ese mismo año se trata una comunicación del Jefe de la Estación Telegráfica de  la Villa, transcribiendo una telegráfica del Jefe del Centro de Málaga, solicitando que el Ayuntamiento facilite una casa provisional para la Estación con la amenaza de que, de no hacerlo, clausuraría la misma. El Ayuntamiento acordó: «Que toda vez que la Casa en donde están instaladas las oficinas del Telégrafo por declaración pericial fue declarada inhabitable por sus malas condiciones por lo que la misma por acuerdo de este Ayuntamiento consideró oportuno desalquilarlas, y sin perjuicio de que en el año actual la Direccion General del Cuerpo dispuso hacerse cargo del pago de dicho alquiler atendiendo a las razones que entonces le espuso este Municipio, sin embargo ante el temor de que se proceda á su clausura y se originen perjuicios á la localidad con tal medida, este Ayuntamiento desde luego accede a tal pretencion disponiendo continuar satisfaciendo el alquiler de los fondos de su Presupuesto é interín se consigna esta partida a los mismos atiéndase del capítulo de improviso y comuníquese así al Jefe de la Estacion, por el Sr. Alcalde á los efectos oportunos.»

Por el acta capitular de 19 de enero de 1889 deducimos que la oficina cambió de lugar pues recoge: «El Sr. Alcalde Presidente (D. Juan Vázquez) presentó á la Corporacion una comunicación del Sr Jefe de la Estacion Telegrafica de esta villa numero dia fecha diez del actual á la que acompaña una cuenta del maestro albañil encargado en la reparación del edificio donde nuevamente se ha instalar la estación telegráfica de esta villa ascendente á la cantidad de cuarenta pesetas, en cuya comunicación se interesa satisfaga el Ayuntamiento este gasto en razon a que há de ser el último que por este servicio ha de atender, toda vez que dicha Corporacion se haya relevada del compromiso que contrajo de facilitar Casa donde instalar dichas oficinas por su cuenta puesto que la Direccion General tiene dispuesto atender el gasto por cuenta del Estado; el Municipio por tales razones dispuso satisfacer al maestro Albañil el importe de la reparación ya mencionada del Capitulo de Imprevistos, librándose certificación de este acuerdo que se unirá al libramiento de su razón.»

La última reseña en las actas capitulares del siglo XIX se remonta a la de 1 de agosto de 1891 en la que, a solicitud del Jefe de la Estación Telegráfica, el Ayuntamiento aprueba la adquisición de una butaca para el servicio de dicha dependencia destinando la suma de 25 pesetas para ello. 

3.- Ubicación

Muchos lectores se preguntarán, al igual que yo, dónde estuvieron ubicadas las oficinas de Correos y Telégrafos en Estepona durante esa época. Lo desconozco, aunque, por lógica, por el nombre de la calle Correo Viejo, que une la calle Sirena con la Plaza del Dr. Arce, allí estarían las oficinas de Correos en alguna época.

Y también, muy probablemente, antes de 1894, debieron estar en la calle del Correo (actual tramo de la  calle Adolfo Suárez de Figueroa, desde la calle Terraza a la calle Concepción) pues en los planos de la ciudad fechados ese año aparece la calle con ese nombre.

Por D. Juan Ordoñez Bazán, sabemos que en el primer cuarto del siglo XX, la oficina de Correos estuvo en la esquina entre la calle Real y la calle de Santa Ana:

Fotografía de principios del s. XX. Café “Los Chatos” en calle Real esquina con calle Santa Ana.
Este inmueble era propiedad de Manolita López que posteriormente sería la estafeta de Correos, siendo su jefe, José Martínez Castro.
En la fotografía podemos ver, entre otros, a Simón Fernández Escarcena, alcalde, a Juan Simón y a José Borrego Troyano, dueño de la emblemática tienda de calle Santa Ana.
Archivo y datos: Juan Ordoñez.


Fotografía del primer cuarto del s XX.
Administración de Correos en calle Real esquina con calle Santa Ana.
Parece la mitad de una fotografía estereoscópica
Archivo y datos: Juan Ordoñez

4.- Personal del Servicio de Correos y Telégrafos

Además de los reseñados anteriormente: Antonio Chacón, Josef Agea, Pedro de Silva,  Sebastián Salinas, Andrés Aragón Troyano, Manuel Linares, Fernando Tudela, Cristóbal Jiménez Parrado, Francisco Valero, Diego Ordoñez, Manuel Barot y Andrés Delmo; por la web "Estepona en su historia" de D. Francisco Javier Albertos Carrasco sabemos que en 1861, figura como encargado de la Estafeta de Correos de Estepona, D. Francisco Rosado; desde 1882 a 1886, el administrador de Correos es D. Eduardo Marco; y en 1887 y 1888, ostenta el cargo D. Epifanio Ortiz. 

Entre 1894 y 1914, figura como Administrador de Correos y Telégrafos D. Salvador Pinzón y es probable que tuviese el cargo años antes pues en la segunda quincena de 1887 obtuvo destino en Estepona, voluntariamente, como oficial 2º de Telégrafos D. Salvador Pinzón y Leveque, nacido el 12 de febrero de 1856 y que ingresó en Telégrafos el 24 de marzo de 1882. 

En 1908, además de D. Salvador Pinzón como administrador de Correos y Telégrafos, aparece como oficial Antonio Mena Ayllón; en 1909 también aparece como oficial Antonio Lara Lozano y en 1910 y 1911 hay un tercer oficial, Ildefonso Sánchez. D. Salvador se mantiene como jefe de Telégrafos en los siguientes anuarios. 

Entre 1915 y 1918,  el administrador de Correos es D. Francisco Saavedra; el cartero D. Juan Cintrano Chacón y el Jefe de Telégrafos D. Salvador Pinzón.

En 1919 el jefe de Telégrafos es D. Ildefonso Sánchez Delmo y los oficiales D. Ildefonso y D. Juan Sánchez Ortiz, pues D. Salvador Pinzón fue ascendido a Jefe de Sección de Tercera Clase.

Los cargos se mantienen en Correos y Telégrafos hasta 1922 en que es nombrado jefe de Telégrafos D. Ildefonso Sánchez y regresa el Sr. Pinzón como oficial.

Las jefaturas de Correos y Telégrafos se mantienen hasta 1927. En 1928, el jefe de la Estafeta de Correos es D. Joaquín Navas y continúa D. Ildefonso Ortiz como jefe de Telégrafos. Y así se mantienen hasta la Guerra Civil.

Por D. Andrés Gaitán sabemos que D. Salvador Pinzón fue una personalidad en Estepona. Le recuerda por haber sido de los primeros en desplazarse en motocicleta por la localidad. Después, una vez jubilado como telegrafista, con 70 años, solicitó al Gobierno autorización para instalar un "Chiringuito" en la playa de Estepona:

No podemos asegurar a ciencia cierta que  el quiosco autorizado fuese el que aparece en la fotografía que se inserta a continuación, pero consideramos que es muy probable. En "Crónica de un paseo" de D. Francisco Aragón Pérez encontramos los párrafos siguientes en los que nos basamos para hacer tal suposición:

Autor desconocido. Fuente: Juan Ordoñez Bazán

«El paseo a que se refiere el encabezamiento de esta narración no es de los antiguos famosos de extraordinaria belleza, ni de los modernos deleitables marítimos, ni de los amplios y fastuosos, escenarios de grandes desfiles militares y magnas concentraciones, ni menos de los que en su difuso ámbito ofrecen todo género de olorosas plantas de jardinería y caprichosa arboleda; pero es de lo bulliciosos y alegres que poseen muchos pueblos, dotado de bonita ornamentación y del encanto del lugar de su asiento, placentero y admirable. Se alude en este relato a uno de un costero y atractivo pueblo, Estepona –como se habrá supuesto−, que sonríe a la orilla de ese anchuroso lago de ensueño, que es la sensación que da con su quietud, generalmente constante, el azulado Mediterráneo que lo besa. Se trata, finalmente, de nuestro desaparecido ‘’Paseo del Carmen’’, no muy grande, animado en todo tiempo y delicia de cuantos lo conocieron. 

Su formación puede decirse que comienza en los primeros años de la segunda década de este siglo, y se hallaba en la parte de la playa lindante con la carretera general, paralela a ella, ocupando, a partir de la margen derecha del arroyo de Calancha hacia Monterroso, una extensión de poco más de cien metros de largo por unos veinte de ancho, a escaso nivel más alto que dicha vía, con acceso, frente a la calle Santa Ana, de dos sitios, distantes entre sí, aproximadamente, cinco metros, provisto de un escalón cada uno. Esta explanación se ensanchaba en todo su longitud hacia el mar, avanzando otros tantos veinte metros o algo más, y en su superficie se fueron estableciendo distintas instalaciones de las que se hará mención más delante. [---]

[...] en una explanada que de antiguo allí había, se instaló por el año 1918 o 1919 un chozo que prestaba los servicios propios de un café, con mesas y sillas al exterior, a las que el público dispensaba, con su presencia y consumiciones, la mejor acogida. Era frecuente la asistencia a este espacio de terreno de elementos, de lo más acogido del pueblo, de uno y otro sexo, que formaban nutridas reuniones donde imperaba el mayor optimismo, resultando animadísimas y simpáticas en extremo. [...]

Desaparecido el chozo aludido, que duró muy poco tiempo, fue instalado en aquella explanada un pequeño quiosco en 1920 o 1921 por un joven telegrafista, donde se servían artículos de cafetería. Paseo y quiosco iban tomando cada día mayor incremento hasta que aquel llegó a quedar como se ha descrito al principio, y éste convertido, después de haber pertenecido a don Antonio Cabo Holgado y luego a su viuda e hijos, en un preciado establecimiento, que se denominó "Bar Miramar", [...]».


REFERENCIAS:

(1)   Una legua equivale a 5.572 metros.

(2)  La palabra "bulmeriada" no aparece en el diccionario de la R.A.E. Creemos que es un error del secretario y que quizás quisiese poner buldería (palabra de injuria o denuesto).

(3) El Trienio Liberal o Trienio Constitucional es el periodo de la historia contemporánea de España que transcurre entre 1820 y 1823 y constituye la etapa intermedia de las tres en que se divide convencionalmente el reinado de Fernando VII, siendo posterior al Sexenio Absolutista (1814-1820) y anterior a la Década Ominosa (1823-1833). 

El Trienio se inicia el 1 de enero de 1820 con el pronunciamiento de Riego que obliga al rey absoluto Fernando VII a restablecer el 9 de marzo la Constitución de Cádiz de 1812. Este periodo revolucionario acabará desencadenando una reacción realista y la ocupación de España por el ejército francés de los Cien Mil Hijos de San Luis, que atraviesan los Pirineos el 7 de abril de 1823. 

Terminó el 1 de octubre de 1823 cuando el rey Fernando VII disolvió las Cortes, abolió la Constitución y restableció la monarquía absoluta.

FUENTES:

Albertos Carrasco, Francisco Javier. Anuarios. Web Estepona en su historia. 

Archivo Histórico Municipal de Estepona (AHME). Actas capitulares.

Atienza, Teo. Efemérides. http://www.teoatienza.org/index2.htm

Correos. Museo Postal y Telegráfico. https://museopostalytelegrafico.es/ 

Crespo, Mª Victoria. La telegrafía eléctrica en España. Asociación de amigos del Telégrafo de España. https://telegrafistas.es/historias-del-telegrafo/634-la-telegrafia-electrica-en-espana 

Gaceta de Madrid. https://www.boe.es/buscar/gazeta.php 

Hemeroteca digital. Biblioteca Nacional de España.

Hemeroteca. Bib. Virtual Miguel de Cervantes. 

Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Navascués Palacio, Pedro.  Correos y Telégrafos. Arquitectura postal. Correos y Telégrafos 1997. ISBN: 84-7782-448-7

Olivé Roig, Sebastián. El Cuerpo de Telégrafos (1854-1868).

https://forohistorico.coit.es/index.php/biblioteca/libros-electronicos?task=callelement&format=raw&item_id=103&element=a01c647a-3a3f-49fc-8f69-c5a9f1e6faf9&method=download

Pérez Olea, Manuel. La ordenanza postal y las tarifas del servicio de correos. Revista de administración pública. ISSN 0034-7639. Nº 32, 1960, págs. 259-292. 




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